Repose en paix ma Chérie, ton empreinte est là, à jamais. Tu laisses en France et en Espagne, tout ceux qui t'on connu et aimé, désemparés et amères face à un destin cruel acharné à te faire disparaître.
Auri murió el sábado 10 de mayo. Se despidió en voz baja, dijo adiós con un susurro. Lo hizo en los brazos de Solange, quien la abrazó con la ternura que sólo pertenece a quienes comprenden el verdadero significado del verbo amar.
Auri sobrevivió al infierno que conforma el alma de un galguero. Lo hizo también al abandono, a la desnutrición, a un atropello, y, sin embargo, una oclusión intestinal puso fin a su joven vida.
Auri me acompañó durante muchos días y sobre todo durante muchas noches. Noches en vela en las que ambas tratamos de rendir a nuestros miedos. Ella, al terror que le infundían las personas, y yo, al horror de no ver el final.
Los que usáis a los animales habéis matado a Auri. Los que usáis a los animales como esclavos sois mala gente.
Sandra Rodríguez-Orta Rigo